Ubicado en Moreno n° 232, el Museo de Bellas Artes de Tres Arroyos, invita a toda la comunidad y a las familias a “recorrer nuestra colección acompañado de una visita guiada, ideal para grupos y familias”. Quienes quieran coordinar una visita podrán hacerlo por WhatsApp al 2983588023.
Asimismo, desde el Museo, explican sobre la arquitectura del lugar: “las antiguas casas argentinas, especialmente las conocidas como “casas chorizo”, presentan una característica arquitectónica distintiva: el pasillo. Este elemento estructural no solo facilitaba la circulación interna de la vivienda, sino que también actuaba como un espacio de transición entre el interior y el exterior. La longitud y disposición del pasillo permitían conectar las diferentes habitaciones de una manera eficiente, aprovechando al máximo el espacio disponible”.
Comentan, además, que “los pasillos eran típicamente estrechos y largos, corriendo a lo largo de toda la casa. Su diseño lineal facilitaba la ventilación y la iluminación natural de los ambientes adyacentes. A menudo, estos pasillos estaban decorados de manera detallada, reflejando tanto la funcionalidad como el gusto estético de la época. Una de las formas más comunes de embellecer estos pasillos era mediante el uso de mosaicos. Los mosaicos eran una opción popular debido a su durabilidad, resistencia a la humedad y facilidad de limpieza. Además, permitían una amplia gama de diseños y colores, aportando un toque de arte y personalización a cada hogar”.
Por últumo, “los mosaicos en los pasillos solían tener patrones geométricos o florales, con una rica paleta de colores que incluía tonos vibrantes y contrastantes. Esta decoración no solo mejoraba la estética, sino que también añadía valor al hogar al mostrar un nivel de detalle y cuidado en su construcción y mantenimiento” y agregan que “un ejemplo destacado de esta tradición se puede encontrar en el Museo de Bellas Artes de Tres Arroyos. Este museo cuenta con un pasillo decorado con una paleta cromática predominante de verdes, presentando un diseño de camalotes y nenúfares. Esta elección no solo embellece el espacio, sino que también evoca la conexión con la naturaleza y el paisaje acuático típico de Argentina. La decoración del pasillo en el Museo, es testimonio de la rica herencia cultural del país y el legado de las antiguas generaciones”.